Un infierno llamado alcohol y drogas.

El infierno en la tierra, el alcohol, las drogas, no solo destruyen familias, fomentan la miseria humana, y acaban con lo más valioso que podemos tener, nuestros seres queridos.
Soy Serbio Estuardo Poma, nací en el año 1934 en Célica, aproximadamente llevo 60 años viviendo en la ciudad de Loja. Me siento desilusionado por Juan, mi hijo, el alcohol y las drogas fueron los causantes de cambiarlo, lo noto cada día diferente, caprichoso, rebelde, orgulloso.
He tenido a mi hijo por muchas clínicas de rehabilitación del país. Loja, Cuenca, Quito, Ambato, dando lo mejor de mí y bridando lo que está a mi alcance, a tal punto que como militar en servicio pasivo, por amor a Juan me emplee de nuevo en el Ministerio de Obras Públicas, entre como cadenero, entonces es bien triste y a la vez gratificante lo que uno hace por los hijos. Ha perdido el cariño de todos los que lo queremos, lo que más me congoja es el sacrificio por formarlo y educarlo, llegando a perder la oportunidad de ser un abogado todo gracias al orgullo, la diversión.
A un peldaño de lograr el éxito, las drogas se apoderaron de su desempeño. Tanto han afectado las drogas en él que al llegar a casa se convierte en un animal, destruyendo las seguridades de las puertas, en ocasiones Juan se siente marginado dentro de la familia, y es fácil darse cuenta que estos elementos mencionados están pasando factura. Las amistades han influido mucho en su vida, y al mencionar algún consejo para que se aleje de las mismas la mejor respuesta que tiene es que estoy equivocado.
Como padre me siento afectado y a la vez bendecido, sabemos que existe un Dios que nos pone a prueba con estos sucesos, sé que él está conmigo, si me preguntan una razón, llevo 85 años siendo feliz a pesar de no tenerlo todo, sigo luchando, mi corazón tiene un cariño inmenso hacia Juan y mi mayor sueño es obtener la felicidad y unión familiar. La fe es lo último que se pierde.